Paseando por el Parque de las Asomadillas, pude ver que no sólo lo frecuentan deportistas y amantes del aire libre:
Un lagarto, de más de 40 cm de largo y escamas sorprendentemente exóticas, se exhibía a la vera de un árbol mientras se daba un baño de sol. En cuanto me acerqué se refugió rápidamente dentro del tronco, pero antes de perderlo de vista pude captarlo en varias posiciones:
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