lunes, 13 de septiembre de 2010
Una noche en el Alcázar (Agosto 2010)
Durante agosto y parte de septiembre de 2010, se han podido visitar los Jardines del Alcázar de los Reyes Cristianos de Córdoba en horario nocturno. Durante el día sus jardines son un referente por la exhuberancia de sus árboles, y sus estanques por su esplendor y la extensión de sus fuentes. De manera que, pasadas las luces del atardecer, una nueva paleta de colores dibujaba las magestuosas formas de uno de nuestros jardines más celebrados, algo que no podía perderme.
21:15
Ya desde el principio del horario de apertura, multitud de visitantes recorrían los rincones de los jardines, aún con las últimas luces del día.
22:00
Ya con las últimas luces del atardecer, poco a poco los estanques iluminados iban cambiando sutilmente de apariencia.
A mi espalda había dejado el primer estanque y la vista de las torres del Alcázar:
22:30
Definitivamente la noche había llegado, y los niveles descendentes de estanques ofrecían un extenso y sugerente panorama.
Con ayuda del cielo nocturno, ahora era más fácil percibir la perfecta alineación de los chorros de agua de los estanques:
Estos chorros golpeaban perezosamente sobre los nenúfares y demás plantas que flotaban en los estanques:
Desde algunos ángulos, los puntos de fuga oblicuos del horizonte dejaban imágenes espectaculares:
23:00
Entre un estanque y el siguiente pasaba una estrecha acequia, jalonada por una trinchera de rosas y demás coloridas flores. No sin ciertas dificultades, me afané en incluir esa base vegetal haciendo las fotos desde ángulos progresivamente más y más contrapicados.
El estanque principal ofrecía unas vistas fascinantes:
23:30
Ya en la recta final de este paseo, me dirigí a los estanques más estrechos que se encontraban en la parte derecha de los jardines, atrincherados entre dos murallas de esplendidos y alargados setos, cual guardia real custodiando un reino de luz, agua y verdor.
Llamaba la atención la simetría perfecta de los chorros de agua:
00:00
Ya de camino a la salida, apurando los últimos minutos de visita y sin apenas tiempo para colocar el trípode como es debido (de ahí que la foto está algo movida), este es el momento justo antes del cierre de los Jardines del Alcázar, con los chorros de los estanques apagados y un grupo de fascinandos visitantes saliendo por tus puertas.
Buenas noches.
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