Como cada año, en el último fin de semana de enero se ha celebrado el Mercado Medieval. Durante los días 29, 30 y 31 (viernes y el fin de semana) sus puestos y actividades se han repartido entre la Plaza de la Corredera, la Plaza de las Cañas, la Plaza del Potro y la Calle Armas.
Según los medios de comunicación, a pesar de la crisis y (todos sus atenuantes sobradamente conocidos), la afluencia de público a este evento ha sido igual o superior a años anteriores.
Personalmente era la primera vez que lo visitaba, y me llevé una muy grata sorpresa. Este año lo organizó la empresa Fusión Medieval. Tanto las instalaciones como los profesionales de todo tipo que las regentaban daban impresión de solvencia y calidad. Cierto es que era necesaria una mezcla de sosiego y lucidez para abstraerse ante la exuberancia de las parrillas rebosantes de carnes varias, o las empanadas de un metro o los quesos como ruedas de coche, por no mencionar las exquisitas piezas de artesanía y demás productos artesanales que se sumaban a tamaño festín para los ojos.
Independientemente de los precios de tales productos, no cabía duda de que entraban por los ojos (y la nariz, y la boca...) y aunque fuera durante un rato, daba gusto ver tanta abundancia, tantos puestos rebosantes de comida apetitosa, de fascinante artesanía u otros exóticos productos.
En las siguientes entradas haré un repaso a los distintos atractivos del Mercado Medieval de este 2010, con el material tomado el domingo 31 de enero.
Aquí os dejo un vídeo de presentación. Si esto en lugar de un blog fuera un reportaje de televisión, esta sería la cabecera:
Y aquí teneis el listado de entradas en las que (debido a la tremenda cantidad de material) he tenido que fragmentar este reportaje especial:
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